
Ejemplos textuales
Niebla de Miguel de Unamuno:
"—Señor Augusto Pérez —dijo la señora—, ¿qué le parece el libro que está leyendo? —¡Ah, qué libro! —exclamó Augusto—. Es un libro muy malo, lo estoy leyendo solamente porque me hace pensar en lo que yo soy, en la vida y en la muerte... Y me aburre mucho."
En este diálogo, se refleja la naturaleza introspectiva y autorreflexiva de la novela, donde el protagonista se cuestiona la realidad y su propia existencia.
Soledades, galerías y otros poemas de Antonio Machado:
"Mi niño, mi querido niño,
qué es lo que ha de pasar:
qué es lo que ha de pasar
sin duda que en nuestro sitio
habrá siempre, siempre la mar.
Y con el tiempo y el mar
todo lo demás se va,
el río del corazón
y mi amada, mi amada."
Este fragmento muestra la sensibilidad lírica de Machado y su capacidad para captar la melancolía y la introspección.
El árbol de la ciencia de Pío Baroja:
"Andrés Hurtado contempló por la ventana la ciudad que se extendía bajo sus pies, con sus calles y sus edificios, y se sintió abatido por la sensación de que todo estaba vacío y sin sentido. Su vida, como la de todos los demás, parecía ser una lucha estéril contra la nada, y las ilusiones que había tenido se desmoronaban ante la realidad cruda."
Este fragmento captura la desilusión y el sentimiento de vacío que caracteriza la visión de Baroja sobre la vida y la sociedad.
Luces de bohemia de Ramón María del Valle-Inclán:
"En el teatro de la vida, los actores se mueven entre sombras y luces que nunca iluminan la verdad. El poeta ciego, con su visión distorsionada, camina por un Madrid que parece una pesadilla grotesca, donde las apariencias engañan y las almas se venden por monedas de miseria."
Este fragmento muestra cómo Valle-Inclán usa una visión distorsionada y satírica de la realidad para criticar la corrupción y la decadencia social.
La voluntad" de José Martínez Ruiz (Azorín):
"El protagonista paseaba por las calles de la ciudad, sumido en sus pensamientos. Cada rincón, cada objeto, parecía hablarle en un lenguaje silencioso, susurrándole sobre la naturaleza efímera de la vida y el peso de las decisiones no tomadas. La realidad se desplegaba ante él como un escenario de reflexión, lleno de significados ocultos que solo él podía percibir."
Este fragmento refleja el estilo contemplativo y descriptivo de Azorín, enfocándose en la introspección y la búsqueda de significado.